viernes, 8 de noviembre de 2013

Malos no, astutos sí (Viernes 8 nov 2013)



Lc 16, 1-8: .Y el amo felicitó al administrador injusto por la astucia con la que había procedido. Ciertamente los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.

Educar y educarnos
Sobredosis de belleza
¿Sabéis lo que es el síndrome de Stendhal?
No es un virus, sino una alteración psíquica ante algo super bello. Stendhal fue un escritor francés del siglo XIX, que, después de pasar un día entero visitando las maravillas de Florencia, comenzó a sufrir palpitaciones, vértigo, desmayo y hasta alucinaciones. ¿La causa? ¡Una sobredosis de contemplar belleza!
¿Os gustaría que eso os ocurriera? Para eso la mente y el corazón deben estar educados en ver con sus ojos y no sólo con los de la cara. “¡Lo importante, lo esencial, se ve con el corazón!” – se dice en El Principito.
- ¿Qué es para ti la belleza?
- Cuando ves a una chica/o, ¿en qué te fijas?
- ¿Te sirves de la Fe para ver más allá de lo que ven tus ojos naturales?

Julián Escobar.
La botella rota.
Jorge, un cristiano lleno de amor, daba testimonio de su fe por todas partes. Su compañero de trabajo Enrique, farmacéutico, le apreciaba mucho. Pero cada vez que Jorge le hablaba del Señor, Enrique se burlaba de él.
Un día, una niña se presentó a Enrique con una receta para su madre enferma. Mezcló algunas drogas y vertió el contenido en un frasco y se lo dio a la niña y ésta salió corriendo. Cuando el farmacéutico dejó las botellas en su lugar constató con pánico que le había dado un veneno mortal. No sabía ni el nombre ni la dirección de la niña. Se sintió aterrado, dentro de unos momentos la madre iba a beber el brebaje mortal. Un sudor frío corría por su cuerpo. ¿Qué sería de la madre y de su familia y
de su carrera? De repente, recordó a su amigo Jorge y el Dios del que tanto le hablaba. Se puso de rodillas e invocó a Dios pidiéndolo interviniera en esta terrible situación. De repente, la puerta se abrió y la niña, asustada dijo al farmacéutico: "Lo siento, Señor, pero he tropezado en el camino. ¿Podría darme otra pócima? Con gran alegría y cuidado le dio la nueva medicina. 
Este incidente trastornó la vida de Enrique y ya no fue más el mismo. Ahora sabía por experiencia que Dios escucha las oraciones. Y se convirtió a Jesucristo.
Texto extraído de "Parroquia de Soria"


Vídeo de "Youtube"

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