jueves, 24 de octubre de 2013

Mantén el fuego de tu amor (Jueves 24 oct 2013)

Imagen extraída de "Iglesia Santa Marta"

Lc 12, 49-53: ."... He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviese ardiendo...".

Educar y educarnos
- Hay una cosa, Manuel, que llevo tiempo queriendo preguntarle.
- ¡Dispare sin miedo!
- ¿Qué hace usted para estar siempre tan alegre? ¿Con su Isabel también es así?
- Yo con mi Isabel soy auténtico. Es muy raro que estemos tristes de amargados incluso cuando haya momentos de tristeza. ¿Por que somos así? Porque su amor, ternura y presencia son mis fuentes de energías, y yo lo mismo para ella. ¿Sabe usted lo del pez?
- ¡No!
- Un pez lloraba y se lamentaba. Otro pez le preguntó: "¿Qué te sucede, padeces alguna desgracia? ¡No! Le  respondió, solo que tengo sed, tengo mucha sed. ¿Tienes sed estando en el Mar? Tu lo que eres es un idiota". Hay maridos y esposas que se mueren por falta de amor, ternura y alguien que los comprendan teniendo junto a ellos, al esposo o esposa, que son un Mar de amor, ternura y presencia. Son como ese pez idiota. Y más idiotas cuando desprecian el Mar en el que viven y lo dejan por charcas.
- ¡Chapó, Manuel!
Julián Escobar.
Refinados como la plata.
Hace ya tiempo un grupo de señoras se reunieron en cierta ciudad para estudiar la Biblia.
Mientras que leían el tercer capítulo de Malaquías, encontraron una expresión notable en el tercer versículo que decía:
"Él purificará... y los refinará como se hace con la plata" (Mal. 3,3).
Una de las señoras propuso visitar un platero y reportarles a las demás lo que él dijera sobre el tema.
Ella fue y sin decir el objeto de su diligencia, pidió al platero que le dijera sobre el proceso de refinar la plata.
Después de que el platero describiera el proceso, ella le preguntó: "Señor, ¿usted se sienta mientras que está en el proceso de la refinación?"
- "Oh, sí señora", contestó el platero; "debo sentarme con el ojo fijo constantemente en el horno, porque si el tiempo necesario para la refinación se excede en el grado más leve, la plata será dañada".
La señora inmediatamente vio la belleza y el consuelo de la expresión: "Él purificará... y los refinará como se hace con la plata"
Dios ve necesario poner a sus hijos en un horno, su ojo es constantemente atento en el trabajo de la purificación, y su sabiduría y amor obran juntos en la mejor manera para nosotros. Nuestras pruebas no vienen al azar, y Él no nos dejará ser probados más allá de lo que podemos sobrellevar.
La señora hizo una pregunta final: "¿Cuándo sabe que el proceso está completo?"
- "Pues es muy sencillo", contestó el platero, "Cuando puedo ver mi propia imagen en la plata, se acaba el proceso de refinación". Colaboración de Elizabeth Vázquez García de León, Gto., México.
Texto extraído de "Pensamientos"

Vídeo de "Youtube"

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