miércoles, 4 de septiembre de 2013

Se puso a servirles. (Miércoles 4 sep 2013)



Imagen extraída de "El Rincón del anacoreta"

Lc 4, 38-44: .. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta… Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó… se puso a servirles…”

Educar y educarnos
Amar y enseñar con humildad
Decía san Optato de Milevi que “más valen los pecados con humildad que la inocencia con soberbia”. No es una invitación al pecado, sino un recordatorio de que Dios aprecia la humildad. San Agustín dice: “Si me preguntáis qué es lo primero en la religión y en la práctica del seguimiento de Jesucristo os diré que lo primero es la humildad, lo segundo es la humildad, y lo tercero es la humildad”.
Unos buenos padres educan a sus hijos en la humildad y en su hermana la sencillez. La humildad no tiene nada que ver con hacer los hijos “mojigatos”. La humildad es audaz, es fortaleza, es combativa para afrontar cualquier adversidad, pero no con soberbia. ¿Y por qué? Porque la humildad cuenta con la gracia de Dios. Recuerden las palabras de la Virgen María: “Dios ha mirado la humildad de su sierva”. Y fue la Virgen ¿una cobarde o una valiente?
¿Qué cómo podéis enseñar a vuestros hijos a ser humildes? Empezad por habituarlos a dar siempre las gracias. Haced que colaboren en los quehaceres de la casa. No consintáis que manden a la empleada de hogar como si fueran principitos de la Edad Media. Al rezar que den gracia a dios por los que tienen, porque lo han recibido por amor de Dios y no porque ellos se lo merezcan. ¿O creéis vosotros que os lo merecéis?
Julián Escobar.
A Marian.
¡Qué veloces los últimos pasos! adelantando a los que nos asimos al suelo lucha y fragor denostado azucena de azabache en el nácar rota rebeldía en la piel de ceniza
¡Cómo has rebajado los albedríos para poner tu fuego a los pies del Señor!
¡Cómo te has ido urdiendo de perdón! después de embates y tormentas, de fugas, escarnios, heridas, estruendos...
¡Que veloces los últimos pasos! aún queda tu oración en la patena tu sonora sonrisa en el púlpito tu palabra decidida y descarnada en la antesala de la espera, flotando
¡Cómo has descendido por el lodo esculpido de sufrimiento¡ y en estos últimos tiempos has declinado el desafío y trepando por el madero te has aferrado a Jesús y en tres zancadas te ha subido a la eterna casa del Padre
¡Qué veloces los últimos pasos!
Jorge Luis Santana
Texto extraído de "Revista Buena Nueva"

Vídeo de "Youtube"

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