jueves, 5 de septiembre de 2013

Hacerlo en nombre de Cristo. (Jueves 5 sep 2013)


Imagen extraída de "mhid/13"

Lc 5, 1.4-11:  ...“Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos pescado nada; pero, por tu palabra, echaré las redes”… llenaron las dos barcas…...

Educar y educarnos
¡Valor del catecismo!
Gersón, que fue canciller de la Universidad de Paris, escribió: “¿Quién se avergonzará de ser humildes como los niños y como Jesús, enseñarles? Tal vez en los púlpitos se enseñe con más pompa que en las catequesis; pero es más eficaz y con mejores resultados en la catequesis”. Pues infinitamente mejor es en la familia: “Mis padres me enseñaron a rezar, me educaron con el Catecismo, nos poníamos todos compromisos cristianos, y con alegría nos corregíamos si no los realizábamos”.
Hay que transmitir el Evangelio de boca en boca, a los hijos, a la familia, a los amigos y compañeros de trabajo.
Decía Napoleón: “Por cada catecismo me ahorro cien policías”.
Así que vosotros, padres, debéis educar a vuestros hijos con esmero, y nada mejor que educarlos en los principios del Evangelio.
“El que tiene una mula se preocupa de buscar un buen arriero, que no sea tonto ni ladrón ni borracho, sino que conozca bien su oficio. En cambio, cuando se trata de poner un maestro para el alma del niño, echamos mano del primero que se nos presenta. Y, sin embargo, no hay arte superior a éste, porque ¿qué hay comparable a formar un alma y a plasmar la inteligencia y el espíritu de un joven? (S. Juan Crisóstomo. Homilía 59, Ev. S. Mt)
No lo olvidéis: ¡Las ideas de hoy serán las costumbres del mañana!
Julián Escobar.
Pastor.
Imagen extraída de "El Correo de Jesús".
Pastor, que con tus silbos amorosos
Me despertaste del profundo sueño;
Tú, que hiciste cayado de ese leño
En que tiendes los brazos poderosos;
Vuelve los ojos a mi fe piadosos,
Pues te confieso por mi amor y dueño,
Y la palabra de seguir empeño
Tus dulces silbos y tus pies hermosos.
Oye, Pastor, pues por amores mueres,
No te espante el rigor de mis pecados,
Pues tan amigo de rendidos eres:
Espera, pues, y escucha mis cuidados;
Pero ¿cómo te digo que me esperes,
Si estás, para esperar, los pies clavados?
Lope de Vega
Texto extraído de "Revista Buena Nueva"


Vídeo de "Youtube"

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