jueves, 16 de marzo de 2017

16 de marzo de 2017

Imagen extraída de "2.bp.blogspot.com"

Yo, Dios, te pregunto
¡Los ricos pobres, los pobres ricos!
Hay ricos sin felicidad, hay pobres con felicidad. Quien pone su corazón en las riquezas vive pendiente de acumular, de no ser robado, y no tiene tiempo para vivir amando y no siendo el guardián de sus riquezas. Olvidarse de amar es como olvidarse de Dios, y el olvidarse de Dios es caer, en la soberbia: ¡Tengo riquezas, no necesito a nadie! Esto es lo que creía el rico epulón del Evangelio de hoy (Lc 16, 19-31). Se olvidó que la mayor pobreza es no amar, no el no tener riquezas materiales.
Hay ricos epulones que tenemos que recordarles que:
- La indiferencia mata
- El amor es hogar
- El trabajo es estímulo
- La amistad es relación
- La Iglesia es entusiasmo

- ¿Vives encerrado en ti?
- ¿Ayudas a los Lázaros que te encuentras?
Julián Escobar.

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