jueves, 8 de septiembre de 2016

8 de septiembre de 2016

Imagen extraída de "3.bp.blogspot.com"

Yo, Dios, te pregunto
La explosión de ira es señal de la debilidad del carácter. ¿Y qué pasa si se reprime? Que se va generando un deseo de venganza incontrolable. San Gregorio de Niza escribió que la persona se autoexcluye de los demás, porque medita en vengarse ella sola, sin tener en cuenta la ayuda que Dios da para no hacer daño. La oración de los iracundos sería: “Te doy gracias, Señor, porque no te necesito, porque me hago justicia yo solo”. Cuando san Pablo nos dice: “No se ponga el sol mientras estéis airados” (Ef 4, 26). Con la persona airada no se puede dialogar. ¡Vuelca tu ira en hacer el bien y no el mal!
- ¿Controlas tus momentos de ira?
- ¿Antepones el perdón a la ira?
Julián Escobar.

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