Quien tiene fe no teme el fracaso ante los hombres. Quien tiene fe no se extraña de que la vida cristiana, su moral y sus oraciones, les parezcan ridículas a los ateos.
- ¿No te afecta que se rían los ateos de tus prácticas cristianas?
- ¡No! Pero me entristece, y mucho.
- ¿Por qué te entristece?
- Porque siento pena y compasión por su ceguera.
Hoy como hace dos mil años, hay muchos que tienen a Cristo delante de ellos y no lo ven. ¿Por qué? Dice el refrán: “No hay mayor ciego que aquel que no quiere ver”. Ya dijo el mismo Cristo: “Tienen ojos y no ven”. Sin Amor no hay vista.
- ¿Te afecta la opinión que tienen de ti los ateos?
- ¿Estás convencido que el Amor de Dios es la luz que todos necesitamos?
Julián Escobar.
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