sábado, 29 de octubre de 2016

29 de octubre de 2016

Imagen extraída de "psicoblog.com"

Yo, Dios, te pregunto
¿Qué opinión tienes de ti mismo? 
La persona humilde es aquella que ni se sobrevalora ni infravalora. Una persona humilde jamás es super-orgullosa, sabe discernir lo que vale y lo que valen los demás.
Los antiguos hablaban de la rueda de la vida: quien va por lo alto, después comienza a bajar, y quien desciende, tiene la esperanza de volver a subir. Pero los cristianos sabemos que importa poco estar en alza o baja según los criterios humanos, sino vivir en sintonía con el Evangelio. Ser grande, ser importante, es ser útil a los demás. El mismo Cristo estuvo, y está, en medio de nosotros como servidor. Se dice que “hay más felicidad en dar que en recibir”. Y servir es dar lo bueno de nosotros a los demás. ¡Tener el primer puesto de servidor!
- ¿Te consideras humilde?
- ¿Te gusta llamar la atención?
Julián Escobar.

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