lunes, 4 de julio de 2016

4 de julio de 2016

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Yo, Dios, te pregunto
¡Todas las oraciones llegan al Cielo!
Pero sólo son atendidas aquellas que van firmadas con “que se haga tu voluntad”. ¿Por qué? Porque es signo de que nos abandonamos en las manos de Dios, que como si fuésemos de plastilina le decimos: Moldéanos como tú quieras, pues sólo quieres mí bien y sabes lo que más me conviene. Quien es soberbio hace su oración infecunda porque ora y reza creyéndose bueno o con derechos ante Dios. En “El drama del humanismo ateo”. Damiélon dice que la gente ha dejado de creer porque ha dejado de ser consciente de sus propios pecados. La idea es que Dios existe, pero es Él quien está en deuda con los hombres y no los hombres con Él. ¡Pura soberbia! Dostoievski dice: “a menuda, los que están más cerca de Dios son los más grandes pecadores cuando son conscientes de sus propios pecados”.
- ¿Te consideras mejor que los demás?
- ¿En qué grado eres soberbio?
Julián Escobar.

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